Cuando estés en medio de cualquier tipo de conversación, trata
de aferrarte a los aspectos positivos y constructivos de ella. Entrena a tu mente para desechar de forma consciente la mala
esencia de la plática. Ésto se vuelve una cuestión de elegir en
qué deseas hacer hincapié.
Permite
que el lado bueno se mantenga fuerte para ti y sirva como los
pensamientos en los que te concentras y meditas. Cuando alguna "persona
negativa" se esfuerce mucho, devuelve la energía positiva a la
conversación a través de palabras positivas o sugerencias de apoyo.
Hacer ésto genera un espacio entre esa persona y tú. Mientras la otra persona
puede que esté luchando internamente para rebatir tu insistencia
positiva, es claro que no podrá llevarte al lado oscuro.
Crea
una señal personal para recordarte seguir desviando la conversación
negativa y las señales que te envía cualquier tipo de personalidad tóxica. Puede ser tirar de un poco de tu cabello, hundir una uña en la palma de tu
mano, girar tu muñeca, golpear tu rodilla, etc. Esta pequeña acción es
un mecanismo de protección para recordarte que debes desviar la
conversación negativa y las señales transmitidas hacia ti de una
personalidad tóxica; recuerdate que debes
notar de manera consciente la negatividad que te envían y hacer un
esfuerzo consciente para evitar que entre y se quede en tus
pensamientos.
Cuando
trates con acusadores, cambia la perspectiva. Aunque la personalidad
tóxica quiera que otra persona asuma la culpa por una situación, mantén
la calma y sigue insistiendo en resolver el problema en lugar de
discutir de quién es la culpa. Buscar culpar a alguien mantiene las
cosas estáticas, es una pérdida de tiempo, y no se encontrará ninguna
solución porque se ha perdido de vista, y de todas maneras el acusador
no quiere asumir la responsabilidad para mejorar su propia situación.
Limítate
a los hechos y enfócate en lo que hay que hacer para solucionar un
problema. Si los participantes se vuelven impetuosos o violentos, aléjate de ellos y dales
espacio para que se calmen.
Muestra empatía y compasión con los que tratan de sembrar el miedo.
Controla tu exposición a su conversación de miedo, regresándola a su
estado original. Por ejemplo, si insiste en que tu negocio fracasará,
pregúntale: "¿y si no es así?". Ayúdalo a ver las posibilidades en vez
de los aspectos negativos. Y cuando realmente te influya, mira su miedo
como una forma de molestia y repítete a ti mismo una y otra vez que se
trata de su reacción, no la tuya, y que tienes la opción de permanecer
sólido y fiel a tus objetivos.
Recuerda
siempre que las emociones negativas tienen un límite de tiempo, que no
duran, que pronto pasarán. No tienes que cargar la negatividad sobre tus
espaldas después del encuentro.
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