Cada 30 de abril, en México festejamos el Día del Niño, lo cual es una excelente oportunidad para todos nosotros "los adultos" de recuperar ese niño interior que nunca debiera morir dentro nuestro.
Es un buen momento para hacer una reflexión y recordar anécdotas de nuestro pasado, para recuperar nuestro presente y encontrar un nuevo sentido a cada día.
¿Recuerdas cuando construir un castillo de arena o hacer un pastel de tierra con agua podía mantenerte felizmente entretenido por toda una mañana? ¿o compartías tu desayuno con tu mejor amigo de la escuela, comiendo con las manos y tomando de la comida del otro sin importar como se viera? ¿recuerdas los días en que mojarte bajo la lluvia eran especiales y sin temores de enfermarte o ensuciarte? Todo era simple, sencillo, un juego... y cada una de esas vivencias marcaron en ti quien eres ahora.
Es momento de encontrar un sentido diferente a nuestros días, darte un instante diariamente para detenerte y observar al niño o niña que llevas y eres dentro, pensar en aquellos recuerdos que a veces olvidamos por completo porque en la adolescencia o vida adulta creemos que ya no cabe esa Esencia de los juegos de las escondidas, las canicas, las muñecas y los carritos.
Hay tanto en el pasado que podría hacernos pasar un buen momento en el presente, revivir a ese niño feliz, jugueton, sonriente ... todo lo que requieres es divertirte!
"Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente,
cosa que rara vez nos ocurre a nosotros"
Jean de la Bruyere