El aura tiene una
estructura compleja. A simple vista, se asemeja a una nube luminosa que circunda al cuerpo y se extiende en todos
sentidos a una distancia aproximada de medio metro, tomando una forma oval, lo
que hizo llamarla en los escritos ocultistas como el “huevo áureo”. En la mayoría de los casos no tiene forma definida,
pues sus bordes se esfuman gradualmente en el espacio.
De acuerdo a C. W. Leadbeater, un examen atento de
esa nube, nos advierte que no sólo contiene diversos componentes, sino que está
compuesta de diferentes estados de la
materia, dando así origen a siete auras. Cada uno de ellos es, en cierto
modo, como un aura distinta y ocupa todo el espacio áurico. Tienen, sin embargo,
un estado especial de tenuidad y parecen penetrarse entre sí.
En su libro “El
aura humana y los anales akáshicos”, Leadbeater nos da una descripción
del funcionamiento y composición de cada aura. Hemos hecho un breve resumen de
cada una, pero si te interesa adentrarte más en el tema, puedes descargar el libro completo aquí o desde nuestro LIBRERO.
Aura Primera: Aura de Salud
Empezamos por
las más ínfima y material; es la que suponemos perteneciente al cuerpo físico.
Se le llama algunas veces el aura de salud, por el hecho de que su aspecto depende, en gran parte, de la
salud del cuerpo físico a que pertenece. En condiciones normales y ante un
cuerpo perfectamente sano, es casi incolora, y parece como estriada, es decir,
como compuesta de una infinidad de líneas rectilíneas que irradian del cuerpo
en todas direcciones.
Aura Segunda: Aura Pránica o
magnética
El aura pránica
esta íntimamente unida con la primera. El
prana especializado irradia constantemente del cuerpo, y la materia irradiada
constituye el aura pránica. Posee un color con matiz clarísimo, pálido.
Para dar una idea más comprensible de ello, puede decirse que se parece mucho a
esas burbujas de aire cálido que, en los días de calor, vemos surgir de las
tierras expuestas a los rayos del sol.
Aura Tercera: Aura Kámica o del
deseo
El tercer aura
es la que representa Kama o el deseo. Es el campo de manifestación de Kama, el
espejo en que se refleja todo deseo,
toda sensación y todo pensamiento de la personalidad. De esa materia se
forma también el cuerpo astral que permite, a los que están en estado de
hacerlo, viajar sobre otro plano, mientras que su cuerpo duerme.
Aura Cuarta: Aura Manásica
Muy
estrechamente unida al aura kámica se encuentra el cuarto aura, que registra
exactamente los progresos de la personalidad. Este cuarto aura, representa, en
suma, el estado medio de las auras
inferiores a ella; pero es algo más, pues aparecen en la misma rayos de
intelectualidad y de espiritualidad que no dejan su huella sobre las envolturas
inferiores.
En esta aura se
pueden leer las disposiciones generales o el
carácter de una persona, sus buenas y peores partes; y en algunas de las
corrientes, en relación con esa aura, pueden registrarse los cuadros de la pasada
personalidad terrestre, cuadros sobre los cuales pueden leer algunos
clarividentes como sobre un libro.
Aura Quinta: Aura Manásica Superior
o de la individualidad
Venimos ahora a
considerar el aura quinta, la del Manas superior o Individualidad. En los casos
en que es perceptible, su belleza y su delicadeza están por encima de toda
expresión. Se asemeja más a una luz viva que a una nube y está compuesta de una materia que corresponde a
la de los subplanos devachánicos más elevados.
Auras Sexta y Séptima
Las auras sexta
y séptima existen sin duda, pero no tenemos datos sobre ellas; las mismas
anteriores son ya bastante difíciles de imaginar por el que no las ha visto.
Podrá formarse
quizá una idea recordando que todas las partes constitutivas del aura son sencillamente
manifestaciones de una misma entidad en planos diferentes, no siendo sino emanaciones del hombre como diversas
expresiones del mismo.
Y aunque una
vista abierta pueda percibir todas esas manifestaciones, no es menos cierto que
las más elevadas de ellas se aproximan más que las otras a la realidad, de
suerte que es el aura lo que es el
verdadero hombre, y no ese agregado de materia física cristalizada a la que
solemos limitar nuestra atención.
Para profundizar
en el conocimiento de las auras, visita nuestro LIBRERO y descarga “El aura humana y los anales akáshicos”
o cualquier otro libro de los muchos que tenemos a tu alcance ;)
Luz y Amor.