Los conceptos de Dharma y Karma son utilizados en casi todas las doctrinas y religiones de origen védico, como el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo.
Karma es un término sánscrito que significa "equilibrar", y que ha sido explicado como "la reacción que sigue a la acción", y asimilado con el viejo refrán: "Cosecharás lo que siembres". El concepto del karma se basa en el principio de causa y efecto: si se hace mal a alguien, esa energía tendrá que ser equilibrada de alguna forma.
Cuando una persona toma
conciencia de sus malas acciones o pensamientos, libera algo de fuerza kármica;
generalmente, adoptando la acción correctiva adecuada por uno mismo, se intercambiará la energía suficiente como
para salir del entorno de la retribución kármica.
A pesar de que karma se traduce usualmente por
equilibrio, también se puede pensar en él como "pagar por las malas
acciones cometidas". Sin embargo, en algunas oportunidades, la gente
también genera un karma "bueno" o positivo, como resultado de buenas
acciones que, en ocasiones, son retribuidas a su vez con otros actos positivos,
esto es lo que llamamos Dharma.