Un erudito fue en día a visitar a un filósofo práctico para determinar los orígenes de su sistema. Tan pronto como efectuó la pregunta, el Maestro le alcanzo al académico una deliciosa fruta. Cuando la había comido, el Maestro le pregunto que si quería otra mas. El erudito acepto.
Entonces el filósofo le pregunto:
- Te interesa saber donde creció este durazno?
- “No”, dijo el erudito.
- “Esa es tu respuesta acerca de mi sistema”, dijo el maestro.
Quien prueba conoce. Pero quien solo cree que prueba, no dejara a nadie en paz.
- Te interesa saber donde creció este durazno?
- “No”, dijo el erudito.
- “Esa es tu respuesta acerca de mi sistema”, dijo el maestro.
Quien prueba conoce. Pero quien solo cree que prueba, no dejara a nadie en paz.
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