Corría el año de 1982 y la tasa de desempleo en Estados Unidos era de 10.9%, una de cada diez personas no tenía trabajo.
Él vivía en las calles, tenía 28 años y un hijo de 5 años que cuidar. Sobrevivía día a día con el dinero apenas suficiente para vivir sin tener idea de dónde pasaría la siguiente noche.
Treinta años más tarde ese mismo hombre que durmió en baños públicos ahora tiene una fortuna de millones de dólares y es dueño de una casa de correduría de valores.
Su nombre es Chris Gardner y es conocido por su incesante búsqueda de la felicidad, historia que en 2006 fue llevada al cine protagonizada por Will Smith y que le valió el reconocimiento del Oscar; toda una vida de película.
Escoger el camino indicado no fue sencillo. Gardner cuenta la historia que lo hizo célebre y los detalles que con base en su experiencia, pueden hacer la diferencia. No se trata sólo de dejar las calles y aventurarse en el mundo de las finanzas, porque esa prolija historia se da pocas veces en el mundo, comenta su protagonista de la vida real.
Gardner vivió en un mundo marcado por la violencia y la exclusión social. Tomó un riesgo e invirtió en un proyecto médico que no sólo lo llevó a la bancarrota, sino directamente a la inclemencia de las calles y la agresividad de un mundo sin compasión.
Padeció el estigma de ser abandonado por su padre y ser maltratado por su padrastro, pero con el ejemplo y la dedicación que sólo su madre pudo brindarle. Es lo que él llama “genética espiritual”, es decir, los valores que una persona decide escoger para volverse una persona mejor.
Además de su historia personal, fielmente retratada en la película y el libro autobiográfico “The Pursuit of Happiness” el inspirador hombre de Wisconsin condensa su experiencia y sus conocimientos aconsejándonos empezar con lo que se tiene, esa es la primera lección que da este personaje a cualquiera que tenga por objetivo ser un líder y para llevar acabo cualquier proyecto adoptar el paradigama del C-5: Claro, Conciso, Comprometido, Convencido y Consistente.
Más que un golpe de suerte, la historia de este emprendedor y líder es una anécdota de aprendizaje. Con una sonrisa permanente, después de superar las vicisitudes de la vida y terminar en la cima y como amigo de personajes de la talla de Nelson Mandela y Muhammad Alí, Chris Gardner responde a la pregunta: ¿Podría hacerlo de nuevo? “Sin duda”, afirma mientras mira alegremente y sigue su camino hacia la felicidad.
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