Estos rasgos psicológicos no pertenecen exclusivamente a los trabajadores de la luz, y no todos los trabajadores de la luz reconocerán todos ellos como propios. Al detallar esta lista, simplemente queremos dar un perfil a la identidad psicológica de los trabajadores de la luz. Al considerar las características, el comportamiento exterior es de menor importancia que las motivaciones internas o intenciones sentidas. Lo que ustedes sienten por dentro es más importante que lo que ustedes muestran afuera.
Honran y respetan la vida profundamente, lo cual a menudo se manifiesta como una afición por los animales y una preocupación por el medioambiente. La destrucción de partes del reino animal o vegetal en la tierra por los actos del hombre evoca en ellos profundos sentimientos de pérdida y aflicción.
Son bondadosos, sensibles y empáticos. Pueden sentirse incómodos al enfrentarse con un comportamiento agresivo y generalmente experimentan dificultades en defenderse ellos mismos.
Pueden ser distraídos, ingenuos o profundamente idealistas, así como también no estar suficientemente arraigados, por ej.: no tener los pies sobre la tierra. Debido a que fácilmente captan sentimientos y humores (negativos) de las personas que los rodean, es importante para ellos estar solos un tiempo regularmente. Esto les permite distinguir entre sus propios sentimientos y los de las otras personas. Necesitan momentos de soledad para tocar base con ellos mismos y con la madre tierra.
Han vivido muchas vidas en la tierra en las cuales estuvieron profundamente involucrados con la espiritualidad y/o religión. Ellos estuvieron presentes en números abrumadores en las viejas órdenes religiosas de su pasado, como monjes, monjas, ermitaños, psíquicos, brujas, chamanes, sacerdotes, sacerdotisas, etc. Ellos fueron aquellos que proveyeron de un puente entre lo visible y lo invisible, entre el contexto diario de la vida terrestre y los reinos misteriosos del más allá, de Dios y los espíritus del bien y el mal. Por cumplir este papel, a menudo fueron rechazados y perseguidos.
Muchos de ustedes fueron sentenciados y estacados por los dones que poseían. Los traumas de las persecuciones dejaron profundas marcas dentro de la memoria de sus almas. Esto puede manifestarse actualmente como un temor a estar completamente arraigado, por ej.: Un temor a estar realmente presente, porque ustedes recuerdan ser brutalmente atacados por ser quienes ustedes eran.
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