Dos amigos entrañables compartían casi todos los instantes de distracción, donde iba uno el amigo lo acompañaba, eran compinches, inseparables.
Si alguien los reconocía en la calle, en sus jugueteos interminables no sabría distinguir si eran amigos o hermanos, ya el hecho de estar siempre juntos los había comenzado a mimetizar el uno con el otro.Un día estos dos niños patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación.
De pronto, el hielo se reventó y uno de ellos cayó al agua.El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo. Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, no podían entender lo que veían sus ojos .
Se preguntaron: "¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso. Es imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra y sus manos tan pequeñas"
En ese instante apareció un anciano y dijo: "Yo sé cómo lo hizo!"
"¿Cómo ?"... Le preguntaron al anciano.
Y el anciano contestó:
"No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo".
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