Al igual que nuestra
niñez, nuestras existencias anteriores contienen eventos que pueden habernos
hecho ver las cosas desde un punto de vista irracional o excesivamente
emocional, o pueden haber existido acontecimientos traumáticos que provoquen
bloqueos al futuro crecimiento y al libre disfrute de los placeres.
En muchas ocasiones,
los traumas, las limitaciones de percepción, o el simple hecho de involucrarnos
emocionalmente demasiado en algo que no comprendemos del todo, puede afectar,
no sólo las vivencias de esa vida en particular, sino también las de muchas
vidas posteriores. Estos bloqueos y traumas pueden generar, asimismo, actitudes
que impidan un crecimiento saludable, repriman el gozo de vivir o coarten las
relaciones satisfactorias con los demás.
Echar un vistazo a las vidas pasadas es algo muy parecido a
cuando una persona, en terapia, tiene una regresión a su niñez para despejar
los miedos y malentendidos plantados en el inconsciente, o para curar heridas
mentales o emocionales.
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