La sociedad relaciona el perdón con la debilidad y con la pérdida de una batalla. Sin embargo, tiene que ver más con uno mismo que con el otro.
La indulgencia libera las emociones y hace posible continuar el camino. Se requiere de fortaleza y dedicación para olvidar la ira, el resentimiento y el dolor. ¡Perdona y perdónate!
1. Revive el evento
Recuerda la situación aunque resulte dolorosa.
2. Incluye la otra versión
Piensa en el punto de vista del otro y ponte en sus zapatos. Pregúntate qué información tendrías si pudieras ver su disgusto.
4. ¿Por qué deseas castigar?
Pregúntate si vale la pena criticar y despreciar a esa persona. ¿Crees que él/ella aprenderá porque tú lo deseas?
4. Contabiliza el desgaste emocional
Analiza el tiempo que te lleva alimentar el rencor hacia el otro. ¿Te devuelve la paz o incrementa tu intranquilidad?
5. Perdona y avanza
Decide perdonar para avanzar con tus planes de vida. Te quita tiempo, atención y sonrisas que podrías manifestar con otras personas. Hazlo mentalmente, no requieres decirlo a la otra persona.
No perdonar resta paz y felicidad a tu vida. ¡Sigue adelante y conquista tu futuro!
Te recomendamos las siguientes meditaciones, que te ayudaran en el proceso del perdón:
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