
No hay amor más sublime en la vida que el amor del Yo. No existe amor más grande, pues a partir del abrazo del Yo existe la libertad. Y es en esa libertad donde nace la alegría. Y gracias a ese nacimiento, Dios es visto, conocido y abrazado. El amor más profundo, más grande y más significativo es el amor del Yo puro e inocente, la magnífica criatura que se sienta entre las paredes de la carne y que se mueve y contempla, crea, permite y es. Y cuando tú ames lo que eres, sin importar cómo seas, entonces conocerás esta magnífica esencia que yo amo, que se halla detrás de todos los rostros y dentro de todas las cosas. Entonces amarás como Dios ama. Así es fácil amar y perdonar. Así es fácil ver a Dios en toda la vida.
...En las Alas de la Unicidad, Vuela Majestuoso y Libre el Espíritu, en su RETORNO a Casa...
Qué bonito texto, es cierto lo que dice.
ResponderEliminarEstá muy interesante tu blog.
:)
Muchas gracias Belisa, es un placer que te guste el blog!!!
ResponderEliminarY si, muy cierto texto...te recomiendo leer el libro completo...
Saludos!