Anteriormente, hemos dado a conocer los beneficios fisiológicos, psicológicos y espirituales de meditar y hoy queremos seguirte motivando a incluir esta práctica en tu rutina diaria si es que aún no te has decidido a dar ese paso.
Cualquiera puede practicar meditación, ya que es simple, gratis y no requiere de ningún equipo especial. Puedes meditar en cualquier sitio y posición, ya sea caminando, en el autobús (últimamente así es como en lo personal aprovecho las dos horas que diariamente paso en el transporte público), en una sala de espera, o sentad@ tranquilamente en la sala de tu casa.
Meditar diariamente te brinda una sensación de paz que te beneficia emocional y físicamente, además de ayudarte a mantener la calma a lo largo del día. Puedes meditar por tu cuenta o si tienes más tiempo, acudir a alguna clase con un guía.
Si te interesa meditar pero no tienes idea de cómo empezar a hacerlo por tu cuenta, esta es una de las técnicas más sencillas:
-Siéntate en una posición cómoda; cuando comenzamos a meditar no se recomienda hacerlo acostad@, ya que al experimentar una profunda relajación, el cuerpo tiende a dormirse, y no es lo que pretendemos.
-Concéntrate en tu respiración, dirigiéndola para que sea profunda y lenta. Concéntrate en sentir y escuchar cómo el aire entra y sale de tus fosas nasales. Siente cada inhalación y cada exhalación, y nota como cada vez es más profunda. Si tu atención se va hacia otro lado, gentilmente, vuelve a enfocarla en la respiración.
-Haz esto de tres a cinco minutos, o más tiempo, si así lo deseas.
Conforme vayas experimentando con la meditación, podrás ir conociendo otras técnicas y así aprovechar todos sus beneficios.
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