Quejarse
es la peor de las energías. No solamente hace que vibres en frecuencias
bajas que te alejan de todo lo que en realidad quieres, sino que además
te da más de lo mismo cada vez que dedicas tu atención, energía y foco a
tus quejas, críticas o lamentos.
Piensa en alguien que se queje a menudo… ¿Tiene la vida que desea? No, y no solo eso: es probable que incluso cada día aparezcan nuevos motivos que le lleven a quejarse todavía más.
Cuando te quejas te estás enfocando en lo que no te gusta, en lo que quieres evitar, en lo que te provoca malestar e irritación.
Y es precisamente por eso, por centrarte en lo que no te gusta, que atraes más de lo mismo mientras te preguntas qué estás haciendo mal...
Piensa en alguien que se queje a menudo… ¿Tiene la vida que desea? No, y no solo eso: es probable que incluso cada día aparezcan nuevos motivos que le lleven a quejarse todavía más.
Cuando te quejas te estás enfocando en lo que no te gusta, en lo que quieres evitar, en lo que te provoca malestar e irritación.
Y es precisamente por eso, por centrarte en lo que no te gusta, que atraes más de lo mismo mientras te preguntas qué estás haciendo mal...
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