Elige el amor:
Ninguna circunstancia justifica la amargura.
Escoge la paciencia:
En vez de maldecir al que se ha puesto en tu lugar, invítale a dialogar. En vez de quejarte porque tienes que esperar demasiado tiempo, sé agradecido por tener un momento de oración.
Escoge la bondad:
Sé bondadoso con los pobres, porque ellos están solos muy a menudo. Practica la bondad también con los ricos, porque muy frecuentemente tienen miedo. Sé bondadoso con los duros de corazón, y así comprenderás cómo Dios trata contigo.
Escoge la benevolencia:
Prepárate para reconocer tus fallas antes que culpar, y para ser examinado, antes que para vanagloriarte.
Escoge la honradez:
Cumple tus promesas, para que tus acreedores nunca lamenten haber confiado en ti, para que tus amigos nunca cuestionen tu palabra, ni tu familia dude de tu amor.
Escoge la mansedumbre:
Nada se gana por la fuerza. Si levantas tu voz, hazlo para alabar. Si aprietas los puños, hazlo para orar. Si haces una exigencia, haz que sea primero acerca de ti mismo.
Si consigues vivir según estos principios, recuesta esta noche tu cabeza sobre tu almohada, ¡y que duermas bien! ¡Te lo mereces!
Ninguna circunstancia justifica la amargura.
Escoge la paciencia:
En vez de maldecir al que se ha puesto en tu lugar, invítale a dialogar. En vez de quejarte porque tienes que esperar demasiado tiempo, sé agradecido por tener un momento de oración.
Escoge la bondad:
Sé bondadoso con los pobres, porque ellos están solos muy a menudo. Practica la bondad también con los ricos, porque muy frecuentemente tienen miedo. Sé bondadoso con los duros de corazón, y así comprenderás cómo Dios trata contigo.
Escoge la benevolencia:
Prepárate para reconocer tus fallas antes que culpar, y para ser examinado, antes que para vanagloriarte.
Escoge la honradez:
Cumple tus promesas, para que tus acreedores nunca lamenten haber confiado en ti, para que tus amigos nunca cuestionen tu palabra, ni tu familia dude de tu amor.
Escoge la mansedumbre:
Nada se gana por la fuerza. Si levantas tu voz, hazlo para alabar. Si aprietas los puños, hazlo para orar. Si haces una exigencia, haz que sea primero acerca de ti mismo.
Si consigues vivir según estos principios, recuesta esta noche tu cabeza sobre tu almohada, ¡y que duermas bien! ¡Te lo mereces!
Autor: Bob Gass
Hola! Sabios consejos, pero ¿podré dormir bien?
ResponderEliminarmm... veremos...
La "angelita" es un genio, me eligió justo lo que necesitaba leer! Buena idea. Besos Lita y hasta luego.
Seguro que dormiras bien Elsie...ya lo veras.
ResponderEliminarSi!!! adoro a esta angelita...es una lindura, verdad?
Besos y un gran abrazo Elsie =D
Gracias Lita por venirme a visitar y dejarme saludos , hermosas palabras y consejos para segir, te dejo un abrazo de luz y amor desde israel Helen.
ResponderEliminarGracias por pasarte tambien por aqui...
ResponderEliminarSeguimos en contacto.
Mucha luz para ti desde una mexicana en Canada hasta una argentina en Israel!!!