Muchos de nosotros vemos día a día como el mundo esta lleno de cosas que quisiéramos transformar, anhelamos un cambio drástico y benéfico en el Universo y muchas veces aspiramos ser parte de el pero no tenemos idea de como empezar.Cambiar todo un Universo parece tarea difícil, pero si te dijera que en ti esta el dar el primer paso, lo darías?
Muchos responderán que si a esta pregunta, pero en realidad son pocos los que se atreven a darlo, porque este primer paso involucra algo que suena tremendamente sencillo, mas requiere de un trabajo personal interior de por vida, una total transformación que nos hará salir de nuestra “zona de confort”, lo cual produce un tremendo miedo en muchos seres humanos…pero vale la pena!!!
Cuenta un vieja leyenda oriental que diariamente un joven oraba diciendo” Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”
Ese muchacho lleno de ideales, pensaba que con poco esfuerzo podia transformar cuanto existiera a su alrededor. El percibía limitaciones, equivocaciones, bajezas y pecados, y juzgaba que al desatar su dinamismo, todo podría cambiar.
Al pasar los anos, el joven de antaño llego a la edad madura; en ese momento su plegaria se había transformado en otra, mas modesta y humilde: “Señor, dame fuerzas para cambiar a cuantos me rodean”
Y sus ambiciones eran ya más reducidas, sus ideales no habían muerto, pero el se había vuelto realista: creía, a base de experiencias, conocerse y conocer cuanto le circundaba y no se creía un héroe, pero aun sentía en su espíritu un dinamismo grande. Por eso su oración se había transformado…
Pero transcurrieron los anos. El hombre ya era anciano. Una cabellera blanca coronaba su frente y el caminar se había tornado inseguro.
Entonces de los labios, medio trémulos, empezó a brotar esta petición: “Señor, dame fueras para cambiar yo mismo”.
Ese hombre había llegado a la plenitud y había comprendido que mientras no cambie el corazón del hombre, todos los cambios exteriores son inoperantes. Pero cuando en lo interior de uno mismo sucede la transformación, todo lo exterior se transfigura.
Al iluminarse con una luz nueva, la relación del hombre con la Divinidad, con la Naturaleza y con los demás empieza a adquirir matices desconocidos que parecerían el descubrimiento de un nuevo mundo… estas dispuesto a descubrirlo???
Ese muchacho lleno de ideales, pensaba que con poco esfuerzo podia transformar cuanto existiera a su alrededor. El percibía limitaciones, equivocaciones, bajezas y pecados, y juzgaba que al desatar su dinamismo, todo podría cambiar.
Al pasar los anos, el joven de antaño llego a la edad madura; en ese momento su plegaria se había transformado en otra, mas modesta y humilde: “Señor, dame fuerzas para cambiar a cuantos me rodean”
Y sus ambiciones eran ya más reducidas, sus ideales no habían muerto, pero el se había vuelto realista: creía, a base de experiencias, conocerse y conocer cuanto le circundaba y no se creía un héroe, pero aun sentía en su espíritu un dinamismo grande. Por eso su oración se había transformado…
Pero transcurrieron los anos. El hombre ya era anciano. Una cabellera blanca coronaba su frente y el caminar se había tornado inseguro.
Entonces de los labios, medio trémulos, empezó a brotar esta petición: “Señor, dame fueras para cambiar yo mismo”.
Ese hombre había llegado a la plenitud y había comprendido que mientras no cambie el corazón del hombre, todos los cambios exteriores son inoperantes. Pero cuando en lo interior de uno mismo sucede la transformación, todo lo exterior se transfigura.
Al iluminarse con una luz nueva, la relación del hombre con la Divinidad, con la Naturaleza y con los demás empieza a adquirir matices desconocidos que parecerían el descubrimiento de un nuevo mundo… estas dispuesto a descubrirlo???
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