Anteriormene hemos platicado de las personalidades tóxicas y los vampiros de energía. Sería muy útil que después de conocer esta información, nos pusieramos a echar un vistazo a nuestras amistades, relaciones
familiares y compañeros de trabajo, así podremos decidir objetivamente cuán
saludables son estas personas para nuestro bienestar y tranquilidad general.
¿Estas
personas sacan lo mejor de ti o sirves como una esponja para todos sus
problemas y desdichas? Si esto último es el caso, por tu propia salud
mental y el bienestar, déjalos ir. Ésto podría ser muy difícil al
principio debido a las expectativas y al sentido de la obligación que se
genera en las relaciones, pero estar con personas que te conducen a la
desdicha constante no te va a recompensar, así que no te sometas a
ello.
Desconéctate
tú mismo de esa compañía de forma cortés, reduciendo el contacto hasta
poder mantener una distancia saludable. En este momento debes meditar y
reflexionar sobre cuidarte y preservarte a ti mismo, basándote en el
optimismo, la esperanza y la energía positiva que tienes dentro de ti.
Existe un instinto primario en cada uno de nosotros que consiste en
reflejarnos con quienes estamos. Es una técnica social y de
supervivencia. Y si ese reflejo es turbio, negativo y carente de
autoestima, es un reflejo que necesitas tapar por el bien de tu
autoprotección y para seguir adelante.
Recuerda
que no puedes cambiar a otra persona, sólo a ti mismo, así que no te
estanques con excusas acerca de ser responsable o sentir lástima por
ellos. Sólo puedes ayudar verdaderamente a una persona negativa cuando
ya no estás influenciado por ella.
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