Este ejercicio está diseñado como un
diagnóstico de tus chakras, mide su fortaleza para dar y su fortaleza
para recibir. Muchos de nosotros no pensamos que la fortaleza sea
necesaria para recibir, pero se requiere un fuerte sistema energético
para ser capaz de absorber, ser capaz de permitir que entre la energía.
Siéntate tranquilamente en un lugar donde nada ni nadie te interrumpa y colócate de tal forma que estés
alrededor de un metro y medio o dos de distancia frente a una pared
vacía. Visualiza una burbuja a tu alrededor.
Imagina que en el lugar donde se localiza cada uno de tus
chakras hay un faro, como el de los coches. Cada una de estas luces
puede tener un color diferente, o pueden ser todas del mismo color,
blanco o el que prefieras en ese momento.
Comenzando de arriba hacia abajo, enciende todas
tus luces y apunta sus rayos hacia la pared frente a ti. Toma conciencia
de la fuerza relativa de cada rayo. Nota cuáles alcanzan la pared y
cuáles no. Ve si puedes encontrar interruptores en algún lugar dentro de
ti que puedan hacer que se iluminen los más débiles y que bajen de
intensidad los que estén demasiado fuertes.
Ahora imagina que la habitación en la que te
encuentras sentado está inundada con una luz increíble. Puede ser
blanca, azul, oro o plata, y es más poderosa que cualquier luz que
puedas imaginarte dentro de tu cuerpo. Es la luz del Espíritu y está
siempre presente.
Conforme empiezas a ver y sentir la luz, nota que está rodeando tu burbuja, atravesando sus límites y comenzando a llenarla. Cuando tu burbuja esté llena de luz, comenzará a entrar a tus chakras.
Nota en cuáles puede entrar bien y en cuales
tiene algún tipo de dificultad para entrar. Trata de inhalar y dirigir
la luz más y más profundamente en los chakras en los que no ha entrado
bien. Nota que los chakras que no dan bien pueden no ser los mismos
que los chakras que no reciben bien. Por ejemplo, puede ser que salga
mucha luz de tu tercer ojo, pero que no absorba ninguna.
Cuando hayas inhalado suficiente luz para
equilibrar los chakras, descansa en la luz por unos cuantos minutos
antes de disolver tu burbuja y regresar a tu estado normal de
conciencia.
Utiliza este ejercicio regularmente como una
herramienta de diagnóstico, para medir la fuerza de tu energía y para
evaluar el progreso que estás haciendo en el trabajo que estás
llevando a cabo contigo mismo. Este ejercicio siempre te dirá el
estado de tus chakras cuando la mente no esté segura.
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