Cuando tú odias a los que odian, te conviertes en otro odioso; cuando tú criticas a los que critican, eres otro criticador; cuando tú matas a los que matan, eres otro asesino.
Así de simple es. No importa qué tipo de creencias tengas, ya sean políticas, religiosas o sociales; si estás actuando inconscientemente y siguiendo esas creencias llenas de miedo o rencor, instantáneamente te estarás convirtiendo en un generador de odio y en un propulsor de violencia.
La paz nace en tu corazón. No importa la edad que tú tengas, ni lo que a ti te haya sucedido. El pasado ya pasó, déjalo a un lado. Lo importante es lo que siembres hoy en tu mente y en tu corazón porque será lo que cosecharas mañana.
Si empezamos a unirnos mano a mano, corazón a corazón, en el amor podremos ser verdaderos sembradores de paz; no necesitamos estar en contra de ninguna creencia, porque por más esfuerzo que hagamos no podremos cambiar a quienes por estar dormidos no quieren cambiar.
Recuerda, que así intentemos mil veces, y tratemos por todos los medios de hacer cantar a un marrano éste no lo va a hacer, pero si tercamente insistimos en hacerlo cantar, el marrano se molestará y nos hará daño, por eso hoy, fluye en el amor y centra tu atención en dar lo mejor que está en tu corazón para que se comience a dar el cambio que quieres ver en el mundo. Este cambio se dará solamente cuando despertemos de nuestra inconsciencia y elijamos pensar, hablar y actuar con amor. En ti está el poder de elegir y ser parte activa de la construcción de una paz duradera.
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