A un nivel más o menos consciente, somos muy obedientes a las órdenes
que nos dieron nuestros padres. Cuando desobedecemos, fracasamos... a menos que tomemos plena consciencia de ello y hagamos una reprogramación personal.
Lo ejemplificamos en cuatro tipos de fracasos:
Fracasos intelectuales: no logras los estudios que deseas.
Orden: “Tienes que ser abogado como tu padre”.
Consecuencia: Cuando estás a punto de lograr la licenciatura en psicología, tienes un accidente.
Fracasos emocionales: no logras una relación emocional satisfactoria.
Orden: “Nunca encontrarás a alguien que te quiera”.
Consecuencia: Cada novio que tienes, termina dejándote.
Fracasos creativos: no logras ser padre o madre/ no logras expresar tu arte.
Orden: “Los hijos sólo traen problemas”/”los artistas son unos muertos de hambre”
Consecuencia: Te buscas una pareja estéril/En tu primera exposición se queman los cuadros.
Fracasos materiales: no logras ganar el dinero que mereces con tu trabajo.
Orden: “El dinero es algo sucio”.
Consecuencia: Cuando estás a punto de prosperar en tu negocio, haces una inversión equivocada y lo pierdes todo.
Busca en qué has fracasado y reflexiona:
¿Estoy obedeciendo a alguna de las órdenes que me dio mi familia?
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