La sorpresa en los zapatos

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.

Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.

El alumno dijo al profesor:

Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.

Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.

Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre.

Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.

Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos.

El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.

Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda.

Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar.

Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie.

La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.

Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta.

Estaba hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.

El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas.

Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?

El joven respondió:

Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir.

¿Cómo meditar con Mudrás?

La palabra Mudrá, como comentamos anteriormente, proviene del sánscrito y hace referencia a una posición mística de las manos, la cual guía el flujo de nuestra energía al cerebro. 

Entre los muchos beneficios que se señalan, se encuentran la curación de molestias y el alivio de trastornos físicos y a nivel más trascendental es un apoyo en el despertar de la consciencia, reconexión energética y desarrollo de habilidades espirituales. 

Pueden ser una preparación ideal para la meditación, o bien una meditación completa en si mismos. Los mudrás se pueden combinar con asanas (posiciones del cuerpo) y con ejercicios de respiración, con lo que se refuerza el efecto del esfuerzo físico y respiratorio.

Para comenzar a practicar, se recomienda estar en un sitio tranquilo y concentrarse en el ejercicio; sentado en una posición cómoda, se colocan las manos con una presión ligera de los dedos, hasta sentir un flujo de energía por el cuerpo, mientas que las manos están relajadas.

Con la practica y el tiempo podrás realizarlos en cualquier momento y lugar, en la cama, en situaciones cotidianas, aprovechando tiempos muertos, etc., solamente acomodando tus manos de acuerdo al mudrá a realizar y presionando los dedos ligeramente, como siempre, manteniendo las manos y el resto del cuerpo relajado.

¡Luz&Amor!

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Frases para pensar...

“Sólo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu propio corazón. 
Porque quien mira hacia fuera sueña y quien mira hacia adentro despierta.” 

~ C. G. Jung ~

Música que cura

La musicoterapia es una técnica terapéutica que utiliza el manejo de la música y sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) en un proceso con participación activa y/o receptiva por parte del paciente.

La musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intra o interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, rehabilitación y tratamiento. Todos sabemos reconocer cuándo una canción nos parece alegre o triste. Generalmente asociamos nuestro estado de ánimo a la melodía de numerosas obras de todo tipo. Pues bien, precisamente la musicoterapia recurre a estas melodías como método para curar o reducir diversos problemas de salud.

La idea de base es reconocer que gran parte de las enfermedades tienen su origen en el cerebro, quien luego transmite a una parte del cuerpo un estímulo determinado que reproduce una enfermedad. Con la musicoterapia se intenta hacer llegar al cerebro, estímulos que le lleven a una relajación o anulación de los estímulos que reproducen la enfermedad; a través de diversas melodías se pueden conseguir efectos sorprendentes.

Aunque la musicoterapia ya se conocía desde la antigüedad, en los años cuarentas del siglo pasado se utilizó como rama de medicina recuperativa, que con efectos fisiológicos, afectivos y mentales, contribuye al equilibrio psicofísico de las personas. Hoy en día se aplica fundamentalmente en desequilibrios nerviosos, influye positivamente sobre el corazón y pulmones, alcoholismo, drogas y como prevención de suicidios, aunque todavía es necesario profundizar mucho más en el tema. 

El esquema básico de trabajo en esta disciplina contempla tres aspectos: la interacción positiva del paciente con otros seres, la autoestima y el empleo del ritmo como elemento generador de energía y orden. La musicoterapia actúa como motivación para el desarrollo de autoestima, con técnicas que provocan en el individuo sentimientos de autorrealización, autoconfianza, autosatisfacción y mucha seguridad en sí mismo. El ritmo, elemento básico, dinámico y potente en la música, es el estímulo orientador de procesos psicomotores que promueven la ejecución de movimientos controlados: desplazamientos para tomar conciencia del espacio vivenciados a través del propio cuerpo. 

 La herramienta sonora más poderosa según muchos terapeutas del sonido es el canto de armónicos. A través de nuestras propias voces, podemos proyectar a la parte enferma la frecuencia de resonancia correcta, y devolver su frecuencia normal. Según Jonh Beaulieu, la entonación de armónicos afecta incluso al flujo de la kundalini de las tradiciones místicas. Tema muy relacionado con los mantras tibetanos realizados para limpiar los chakras y despertar la energía para alcanzar la iluminación. 

Aquí algunos ejemplos de musicoterapia:

Musicoterapia para la sanación y armonía del hogar

Musicoterapia para curar el dolor de cabeza

Musicoterapia para curar el dolor de estomago


Solfeggios Sagrados


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